Debido a la crisis sanitaria del COVID-19 hemos introducido en nuestro día a día un hábito que, además de ser importante para prevenir contagios, puede alterar nuestra salud bucodental.
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Aunque a día de hoy la mascarilla solo es obligatoria en hospitales y centros sanitarios de algunas comunidades autónomas, hay mucha gente que sigue optando por esta opción para evitar contagios de virus respiratorios, como la gripe o el Covid.
Algunos odontólogos advierten de que su excesivo uso está provocando algunas patologías, pero desde el Consejo General de Dentistas advierten de que a día de hoy no hay evidencia científica de ello.
Nuestra cavidad bucal alberga una diversa flora bacteriana, la cual es necesaria para que todo funcione en equilibro. En este micro ecosistema nos encontramos con las bacterias saprófitas, las cuales se benefician de determinadas circunstancias como que la persona tenga las defensas bajas.
Otras bacterias se aprovechan de la falta de oxígeno dentro de la cavidad oral. Y es por la noche, cuando tenemos la boca cerrada, cuando estas bacterias actúan. Descomponen restos de comida dando lugar a un compuesto llamado Mercaptano de metilo, lo que provoca el mal aliento.
Pero no debes preocuparte, ya que con unos buenos hábitos podemos protegernos con la mascarilla sin temor a sufrir cambios en la salud bucodental.
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Consecuencias bucales por el uso de la mascarilla
Como hemos comentado anteriormente, a pesar de que la mascarilla no provoca un efecto directo en la formación de placa bacteriana ni otros problemas bucodentales, existen algunas bacterias que se encuentran de manera natural en la cavidad oral que se activan en ausencia de oxígeno.
Los problemas más comunes que se pueden genera por el uso excesivo de la mascarilla con los siguientes:
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Halitosis
El mal aliento es uno de los primeros problemas derivados del uso de la mascarilla. A lo largo del día, la boca va acumulando restos de comida, tabaco, café y otros elementos que favorecen el desarrollo de bacterias, causando el mal aliento. La halitosis puede proceder de un problema de salud anteriormente presente, que se hace más evidente al cubrir la boca con la mascarilla, o estar ocasionado por el mal olor que ésta retiene con el paso del tiempo.
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Sequedad bucal
La hidratación también es muy importante para nuestra salud bucodental. Se encarga de mantener la flora equilibrada, evita el mal aliento y ayuda a mantener la boca más limpia, entre otros.
Lleva mascarilla provoca una respiración más bucal que nasal, e incluso puede influir en que bebamos menos agua por llevarla mucho tiempo puesta. Todo ello puede provocar una mayor sequedad en la cavidad oral.
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Desmineralización del esmalte y caries
La pérdida de color del esmalte dental se debe a una pérdida progresiva de sus minerales. Esta pérdida mineral puede verse incrementada por cambios en la microbiota oral, y si no se controla a tiempo puede debilitar el esmalte y acabar provocando problemas mayores como las temidas caries.
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Recomendaciones para que nuestra salud bucodental no se vea afectada
– Seguir una higiene bucal correcta a diario.
– Combinar el cepillado dental con una pasta fluorada, cepillos interdentales, seda dental y colutorios.
– Cambiar el cepillo de dientes cada 2 a 3 meses.
– Beber agua con frecuencia.
– Llevar una dieta sana y equilibrada.
– Evitar picar entre horas.
– Cambiar la mascarilla a diario.
– Visita al dentista con regularidad para detectar cualquier problema de salud dental.
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Si te surge alguna duda más relacionada con las mascarillas y tu salud bucodental, en Clínica Llorente Dental estaremos encantados de poder asesorarte. No lo duces y ponte en contacto con nosotros.
